viernes, 28 de octubre de 2011

Equipos rebeldes: UC Ceares de Gijón

El triunfo del Ceares: De tertulia de bar a realidad


Por Álvaro Olmedo
Marca

El UC Ceares fue fundado en 1946. Este modesto club del grupo asturiano de Tercera -"quizá nos corresponda más la Preferente"- presume de ser el segundo equipo más importante de Gijón o mejor aún, como dicen del Rayo en Vallecas, el primero del barrio de Ceares. Hace pocos meses, con la entidad próxima a la desaparición, unos cuantos amigos decidieron hacer de este equipo un referente para románticos del balompié.

Los problemas financieros y el cansancio de la antigua directiva habían dejado al club en una situación crítica. El Ayuntamiento propuso la fusión con el Llano 2000, primero, y con el María Rubio, después, pero ninguna de estas ideas convenció a los socios del Ceares, contrarios a que su club perdiera su escudo y sus colores. Un grupo de ellos, ante la falta de soluciones, pidió ayuda a Roberto Colunga, secretario general del Bloque por Asturias y exjugador del equipo. En su bar, La Folixa, paraban varios chicos desencantados con el rumbo del fútbol actual.

"El objetivo era recuperar el club para el barrio, volver a los orígenes, reivindicar el fútbol como deporte popular y social", recuerda Miguel Ángel Lozano, ahora secretario del club. Unos cuantos eran de Ceares, alguno de ellos solía ir de pequeño a La Cruz y a otros simplemente les apasionó la idea de gestionar un club bajo los valores más primarios. Su propuesta obtuvo el apoyo casi unánime de los socios.

Comenzaron a trabajar varios meses antes del término de la temporada, cuando entrarían de pleno derecho en la directiva. Su objetivo era multiplicar el número de asiduos al estadio de La Cruz y que todos ellos sintieran al club como propio, también de una forma literal: cada socio, un voto. Todas las decisiones de peso serían sometidas a la asamblea.

Fútbol y cultura

De forma desinteresada, "incluso poniendo dinero" de sus bolsillos para materiales, pasaron el verano metidos en el campo, en estado de semiabandono. Remodelaron los vestuarios, adecentaron la grada y decoraron los muros con frases contra el fútbol moderno para dejar constancia de su compromiso. En el bar de La Cruz empezó a sonar música. Además del nuevo himno, temas futboleros de los ochenta ambientan la previa y el postpartido.

"La cantina es clave en la financiación del club. La gente viene horas antes del partido y se marcha horas después. Aquí tienen amigos, música y fútbol". Una especie de centro social en torno al equipo, que además regaló la permanencia en Tercera para dar otro impulso al proyecto.

Su carta de presentación fueron unas jornadas culturales-literarias en septiembre, sobre el mismo césped, donde hubo tiempo para ponencias, debates y conciertos. "Si no nos gusta su fútbol, construyamos el nuestro" o "Ama el fútbol, odia sus negocios" eran los reclamos.

En la entrada al campo, como aviso a navegantes y en honor a las raíces británicas del fútbol, un cartel da la bienvenida en bable: 'Esto ye La Cruz', un guiño al 'This is Anfield' que ven los jugadores cuando saltan al campo del Liverpool. "Este movimiento ha traído mucha gente al campo que participa de esta idea. Gente que viene a ver al Ceares y que quizá no se interesaría por otro equipo".

Confianza ciega

Con 50.000 euros de presupuesto, el segundo más bajo de su grupo, la aspiración del UC Ceares es mantenerse en Tercera por octava temporada consecutiva. Para ello han otorgado al técnico Florentino Angulo todo el poder en lo deportivo hasta el final de la misma. Nada de ceses ni nerviosismos, aunque el equipo sea antepenúltimo con siete puntos. El otro objetivo, si las cuentas cuadran, será dotar al campo de iluminación artificial para poder entrenarse en él y jugar algún partido por la tarde.

Una tertulia, la clásica conversación que empieza y acaba en una tasca, es hoy realidad en Ceares. Los socios antiguos casi no dan crédito a que La Cruz haya triplicado su número de asiduos cada quince días. Pero, al contrario que el FC United -club de Manchester 'pionero' en la autogestión de los socios-, el UC Ceares no tiene previstos unos estatutos que eviten que la forma de gestionar el club cambie. "No es necesario. Si la gente no quiere, el día que alguien venga a cambiarlo, la asamblea lo impedirá".

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